Mentalidad
«No es el crítico quien cuenta; ni la persona que señala cómo tropieza el fuerte, o señala en qué podría haberlo hecho mejor. El mérito pertenece a quien está realmente en la arena, cuyo rostro está cubierto de polvo, sudor y sangre; que lucha con valentía, se equivoca y falla una y otra vez, porque no hay esfuerzo sin errores ni caídas; pero que de verdad se esfuerza por llevar a cabo las acciones; que conoce los grandes entusiasmos, las grandes devociones; que se entrega a una causa digna; que, en el mejor de los casos, al final experimenta el triunfo de un logro elevado, y que, en el peor, si fracasa, al menos fracasa atreviéndose con grandeza, de modo que su lugar jamás estará con aquellas almas frías y tímidas que no conocen ni la victoria ni la derrota».
— Theodore Roosevelt.
Frecuentemente me encuentro con muchos clientes desgastados por la opinión de otros. A veces me dicen que es «injusto», que «están equivocados», que «no es cierto» o que «es una estupidez». Sin embargo, prestarle demasiada atención a lo que la gente opina es un camino agotador, porque lo que los demás piensan o hacen, no está bajo tu control. Y no se trata de que no te importe: se trata de que no te afecte. Al fin y al cabo, «todo es opinión», como dijo el emperador Marco Aurelio.
Cuando veo a las personas perder energía por comentarios ajenos, no puedo dejar de recordar este famoso poema de Roosevelt. En él encuentro consuelo e inspiración. Por eso hoy quiero invitarte a reflexionar sobre la idea de estar “en la arena”.
Criticar desde afuera es fácil, pero el valor nace cuando te atrevés a actuar, a arriesgar y a equivocarte. ¿Cuántas veces te limitaste por el “qué dirán”? ¿Cuántas veces vos fuiste quien, desde la comodidad de la barda, juzgó y puso sus propios límites a los demás?
La neurociencia nos dice que el cerebro aprende por experiencia directa, por repetición, y por prueba y error. Cada reto que enfrentás te hace más resiliente y fortalece tu carácter. El poema "El hombre en la arena" de Roosevelt, nos recuerda que vivir con coraje y determinación le da un sentido más profundo a la existencia. Cuando te adueñás de los significados que le das a la adversidad, descubrís recursos internos que te impulsan a crecer.
Para vivir con pasión y liderar con el ejemplo, es necesario estar presente con polvo y sudor en el rostro: solo así vas a conocer la victoria… o el aprendizaje que deja la derrota. Porque, cuando se trata de grandes metas, aunque el resultado final no esté en tu control, lo que de verdad importa es tu entrega en la arena de la vida.
Jorge
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Liderazgo
Los Conflictos son tu Oportunidad para Crecer en lo Personal y lo Profesional
Todos hemos estado ahí: Una reunión donde una frase mal entendida cambia el tono de todo. Un correo que genera tensión innecesaria. Un desacuerdo con alguien cercano que nos deja con un nudo en el estómago. El conflicto no es una falla, es parte de la condición humana. Donde hay personas, hay diferencias de intereses, valores y expectativas. Y esto es lo que enriquece nuestras ideas y estrategias para avanzar en dirección a los objetivos de equipo. Sin embargo muchos al pensar que “es mejor no pelear y así llevar la fiesta en paz”, evitan el "conflicto". Pero evitar los conflictos solo acumula resentimientos, congela relaciones, obstaculiza el pensamiento crítico, no promueve la creatividad y erosiona la confianza. Por ello, como dice Adam Grant, "la ausencia de conflicto no es armonía sino apatía", pues es en la diferencia de opiniones que surgen las ideas más creativas y los acuerdos.
Mentalidad
Entre vos y tus metas: excusas… o no.
Todos queremos avanzar en la vida y alcanzar metas desde las más pequeñas hasta las más extraordinarias. Sin embargo, entre vos y tus metas aparece una barrera constante que a veces parece que se escabulle entre tu mente y las acciones: la excusa. Esa pereza que suele ser una historia protectora que construimos para evitar dolor, riesgo o fricción. El problema no es “tener excusas” (eso es humano), sino creerles al punto de frenar hábitos, decisiones y proyectos que sí importan. Si trabajás con metas ambiciosas, te vas a topar con diferentes situaciones que se alejan de tu control que pueden "atrasarte" en tus objetivos, pero cuando se trata de pensamientos que te sabotean... a esos debemos de dominarlos.
Adquiera conocimiento
